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sociedad - SÁBADO, 19 DE ENERO DE 2013


traslado del feretro. reduan.

fallecimiento
 

Multitudinaria despedida a Abdelkrim, el médico de la multiculturalidad ceutí

La masiva afluencia de ciudadanos de todas
las étnias convirtió el sepelio en un exponente de convivencia en la ciudad de Ceuta
 

CEUTA
El Pueblo

ceuta
@elpueblodeceuta.com

El entierro del doctor Maimón Abdelkrim Sebti ha supuesto una auténtica manifestación de afecto de todo el pueblo de Ceuta, a un hombre que ayer movió las masas en lo que suponía un acto multitudinario de despedida. Un exponente de convivencia en Ceuta y un hecho sin precedentes a ningún otro personaje en el actual siglo XXI.

Madrugaron los familiares a la hora de efectuar el traslado del cadáver de Abdelkrim desde el chalé de su cuñado Mohamed Subaire, “Villa Nuria” en Loma del Pez, donde estuvo en las últimas horas la capilla ardiente y donde se veló el cadáver del desaparecido médico, lugar hasta el que acudieron numerosos ceutíes, incluido el presidente de la Ciudad. Precisamente, un chalé que, por paradojas de la vida, fue en donde Abdelkrim celebró la boda de su primer matrimonio con Irene Martínez, médico de la UCI y con quien tuvo una hija que reside en Melilla y prepara oposiciones para juez, quien se desplazó desde la ciudad hermana, al igual que unos sobrinos desde Granada, motivo por el que se postergó el entierro unas horas a fin de facilitar sus desplazamientos.

Como decíamos, el chalé “Villa Nuria” fue el marco de celebración jubilosa de la boda y ahora, como cerrando el ciclo vital en la vida de este gran hombre, el lugar en donde sus restos mortales recibían el testimonio de condolencia y pésames de tantísimos ceutíes, hasta convertirse casi en lugar de peregrinaje.

El cortejo que trasladó el féretro con los restos mortales de Abdelkrim desde el mencionado chalé hasta la mezquita adelantó el trámite, lo que originó que el horario de la ceremonia religiosa se acortara, ya que el sermón del imán en vez de durar cuarenta y cinco minutos se hizo en veinte por respeto a las personas que se encontraban en la calle bajo la lluvia.

Se celebró el rito sobre el difunto y la oración fineral en la mezquita donde se invoca a Alá por el abandono de este mundo con súplicas. Después el cortejo, procedió al enterramiento, tras procesionar con el feéretro a hombros en una fosa de dos metros de longitud y setenta centímetros de anchura con una profundidad de metro y medio, siempre orientada hacia la Meca, como manda el precepto del Corán. Se cubre el cadáver con tierra invocando el nombre de Dios, dando lectura a un versículo del Corán. La Sura de Yassin hace recordar a los difuntos, el dia del juicio, nos recuerda la otra vida, haciendo válida la creencia de que hay otra vida después de ésta. La tradición marcfa que siempre algún familiar, hijo, hermano, padre, abuelo o tios maternos o paternos, son los encargados de dar sepultura al cadáver, aunque en los casos de Ceuta lo habitual es que lo hagan los imanes, en este caso, Abselam Baklu y Lahsen Lachiri además del encargado del cementerio Abdeselam conocido como “Selimo”.

Al final, el ritual marca una súplica exclusiva para el difunto con cánticos de todos los presentes para que Alá le oriente y su alma sea trasladada al paraíso. Un ritual que fue seguido con toda atención por los asistentes hy en el que participaron todos los hermanos musulmanes en un acto multitudinario hasta ahora desconocido en Ceuta.

Después, una veintena de familiares se situaron en f ila, a las puertas del cementerio y recibieron durante más de una hora, el pésame y las condolencias de todos los asistentes, conformando un ritual tradicional y, en este caso, masivo. Allí pudimos ver gentes de todas las edades y etnias, en muchísimos casos con una emotividad indiscutible, muy afectados por la pérdida de este buen hombre y dispuestos a mostrar sus condolencias con lágrimas en los ojos.

Una emotividad que ha llevado a Abdelkader Hamed Larbi a pedir en nombre de su Asociación Cultural, Al Idrissi, un recuerdo imperecedero para Abdelkrim: “Ya ha llegado el momento -dice-, de que una vez enterrado, los musulmanes queremos que toda esta unión que se ha hecho patente hoy aquí, y ya que este hombre es para nosotros un santo, queremos que su recuerdo sea para todos. Y por ello, propongo una estatua que se sitúe o bien en la rotonda próxima al hospital o en el Morro donde también tenía su consulta. Y asi demostrar que el pueblo de Ceuta está unido: da igual el centro que Hadu. Y esta unión de todos, es una fortaleza que nos hace mejores”.

Con este ejemplo en favor de la convivencia, Abdelkader manda un mensaje muy práctico para todos, guiado con su mejor voluntad.
 


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