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					“No sólo estamos pagando, sino que incluso hemos pagado 
					salarios que se debían de antes, por evitar problemas 
					sociales”. Con estas palabras zanjaba Manuel Pasquau, 
					apoderado de la empresa ‘MP’, adjudicataria del servicio de 
					ambulancias del 061, las protestas que habían efectuado los 
					trabajadores de su empresa. Era el 26 de septiembre de 2011 
					y Pasquau visitaba Ceuta para presentar, junto al entonces 
					director territorial, Jesús Lopera, la nueva flota de 16 
					ambulancias. 
 Los inicios de la empresa, a comienzos de aquel mes de 
					septiembre, habían estado marcados por conflictos laborales, 
					ya que los trabajadores denunciaban retrasos en los ingresos 
					de las nóminas. Previamente, también hubo conflictos con la 
					anterior adjudicataria del servicio, ‘Royda’. La plantilla 
					se posicionó entonces en contra de que el servicio se le 
					adjudicara a ‘MP’, alegando que ya en otras ciudades con 
					Melilla había tenido problemas similires.
 
 Sin embargo, el servicio se adjudicó y el apoderado aseguró 
					en su visita a Ceuta que ninguno de los problemas 
					denunciados se habían producido realmente. De hecho, incluso 
					manifestó mostrarse “muy sorprendido”, y aseguró: “Siempre 
					hay gente que habla sin saber”.
 
 Los conflictos, sin embargo, no cesaron. Casi un año 
					después, en julio del año pasado, los trabajadores 
					convocaban concentraciones y huelgas para los meses de 
					verano, por los mismos motivos.
 
 En aquella ocasión, los trabajadores confiaron -aseguraban 
					entonces- en las palabras del delegado del Gobierno, 
					Francisco Antonio González Pérez, quien se había 
					comprometido a “tomar medidas” si la empresa persistía en 
					incumplir el contrato. La administración “no puede permitir 
					que un servicio quede sin ejecutarse, cuando hay un 
					contrato”, apostilló el delegado hace ocho meses.
 
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