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OPINIÓN - VIERNES, 19 DE JULIO DE 2013

 
OPINIÓN / COLABORACION

La retransmisión en directo del caso Urbaser

Por Ramiro T.


El Gobierno de la Ciudad por boca de su presidente ha dado el “placet” para constituir una Comisión de Investigación que profundice en las responsabilidades a que hubiera lugar en el denominado “caso Urbaser”. En realidad, no le quedaba otra salida. De lo contrario su silencio público –o el papel de dama ofendida que viene interpretando- y el bloqueo a la comparecencia extraordinaria del presidente Vivas serían un insulto imperdonable a la democracia representativa y, por extensión, al conjunto de la ciudadanía. El Gobierno de Vivas debe recordar que el poder no es suyo. El poder lo ejerce en nombre de un pueblo que lo ha elegido, pero es solo un préstamo.

No dar la cara solo sirve para que crezca el descrédito de Vivas, para que más votantes de su partido pierdan la confianza en él y para dejar en evidencia a sus medios afines. Ocultarse es para esconder algo y quien nada teme, nada oculta. Todo esto lo deberían haber sabido lo populares desde el principio para no haber actuado de la forma dontancredista y extremadamente torpe con que han actuado en relación al ‘caso Urbaser’. Ya saben que en un principio se insistió hasta la saciedad que lo que denunciaba el joven líder socialista era disparatado y que su papel era de mero instrumento (“tonto útil”), aparte de mofarse de él y vilipendiarlo en mil formas. Después, con la entrada en sede judicial del “caso”, ya no se bromeó tanto sobre este particular.

Pero donde se vuelve a equivocar el presidente Vivas es al considerar “inútil” la Comisión de Investigación parlamentaria, porque transmite la sensación de que sus explicaciones serán las mismas que hasta ahora y que reincidiran en el engaño. Vivas sabe bien que lo que declaró el pasado miércoles no son las explicaciones que se le piden, y que por tanto subsiste por entero la necesidad inexcusable de hacerlo en el sede parlamentaria. No es ya una cuestión gramatical o semántica lo que se está dirimiendo, sino que hemos de ir más allá: asumir y depurar responsabilidades. La justicia debe proseguir su investigación, pero no se agotan ahí las explicaciones que la ciudadanía necesita.

Es mejor un presidente que toma medidas sin mentir a la ciudadanía y sin esconder a uno que engaña a la ciudadanía y encima da explicaciones para excusarse y no reconocer sus mentiras. Al igual que no es más limpio quien más limpia sino quien menos ensucia, tampoco es más transparente quien más repite que se ha pagado lo que ponía el contrato y pretende ocultar evidencias que los técnicos están sacando a flote.

También se equivoca en mostrar su contrariedad y descontento por la notoriedad que ha adquirido el tema Urbaser, que él mismo califica como “retransmitido en directo”, cuando eso es precisamente lo que busca el Gobierno de Rajoy, el suyo, con el Proyecto de ‘Ley de transparencia, acceso a la información pública y buen gobierno’ que prepara desde hace más de un año.

“Los países con mayores niveles en materia de transparencia y normas de buen gobierno cuentan con instituciones más fuertes, que favorecen el crecimiento económico y el desarrollo social. En estos países, los ciudadanos pueden juzgar mejor y con más criterio la capacidad de sus líderes y decidir en consecuencia (...)”. Esta frase es uno de los puntos básicos que se recogen en el Proyecto de Ley de transparencia del que tan orgulloso está el Partido Popular. En su defensa, el Gobierno de Rajoy argumenta que con la nueva ley se pondrá coto a la corrupción. “A partir de ahora una serie de documentos y expedientes tan importante como contratos, subvenciones, currículos o sueldos serán públicos», ha asegurado la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, además de afrimar que “esa es la mejor lucha contra la corrupción porque ya no habrá filtraciones; serán filtraciones oficiales de publicidad activa de las administraciones”.

“Los ciudadanos tenemos que tener el derecho de estar informado. Para saber quién nos gobierna. Tenemos que tener acceso a cualquier tipo de información”, me decía ayer un taxista.

En cuanto a las portadas que dice Vivas ha ido buscando José Antonio Carracao, los medios de comunicación no se guían por los nombres y sí por el interés informativo, o el interés general, al que tanto alude Juan Vivas. Y el interés general dice que 14 millones y medio de euros de “descuadre” es una barbaridad. Y requiere portadas, páginas, titulares y, sobre todo, aclaraciones al detalle de muchísimos porqués.Vivas parece creer que él es el único dueño no solo de las portadas de los periódicos sino también de los Teledirarios de la televisiones y de los Informativos de las cadenas de radio, y se equivoca.

Los puntos “negros” u oscuros hay que clarificarlos y quienes han tenido responsabilidades del tipo que sean en este asunto, han de explicarse para alcanzar la verdad sin tapujos ni medias tintas. La oposición ha solicitado hasta la saciedad responsabilidades políticas y éstas han de llegar, al margen de situaciones familiares que ahora parecen empañarlo todo. Se requiere claridad, transparencia, luz y taquígrafos, abrir ventanas y puertas, tener los techos de cristal y que, de una vez, nos enteremos todos qué ha pasado en el “caso Urbaser” y si alguien ha cometido excesos, cuál es la justificación o las razones de los mismos.
 


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