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					José Antonio Asián estuvo muy lejos de mostrarse satisfecho 
					con el desarrollo del encuentro. A pesar de que es un 
					entrenador que se había caracterizado por no hablar de las 
					actuaciones arbitrales, en esta ocasión el técnico del 
					equipo caballa no pudo evitar lamentar la “sibilina” 
					actuación de Santiago Blanco que, con sus decisiones, 
					sentenció al Ceuta frente al Cabecense. 
					 
					“Este partido hay que analizarlo de una forma más tranquila, 
					aunque puedo decir que no lo ganábamos nosotros de ninguna 
					de las maneras”. Así de contundente se mostró Asián al 
					término del encuentro disputado en Las Cabezas de San Juan. 
					El sevillano, uno de los grandes conocedores de la Tercera 
					División, no daba crédito a lo vivido momentos antes sobre 
					el césped del Carlos Marchena. 
					 
					“El penalti era inexistente, y se lo inventó. Y la prueba 
					está en que no le sacó amarilla a ninguno de mis jugadores, 
					muestra de que no sabía ni a quién señalárselo”, aseguró 
					Asián, quien además puntualizó que: “Sufrimos dos penaltis 
					clarísimos en el área del Cabecense, pero el árbitro no 
					estaba dispuesto a dejarnos ganar. Lo cierto es que demostró 
					el modo en el que no hay que arbitrar los partidos”. 
					 
					Pero a pesar de las responsabilidades hacia el colegiado 
					onubense, el técnico sevillano no olvidó el hecho de que su 
					equipo había encajado una nueva derrota fuera de casa, por 
					lo que “tenemos que hacer autocrítica”, lamentando 
					igualmente “los tres balones que lanzamos a los postes” con 
					los que su equipo tuvo en sus manos empatar el partido. 
					 
					Asián aseguró que su equipo se “adaptó rápido” al estilo de 
					juego de su rival, que le obligó a “trabajar mucho” durante 
					todo el encuentro. Del mismo modo, y tras cómo se desarrolló 
					el enfrentamiento, el técnico del cuadro ceutí concluyó que 
					“el equipo no pudo ofrecer más, y consiguió acabar con once 
					cuando lo más fácil era perder los papeles”. 
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