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política - JUEVES, 20 DE MARZO DE 2014


juan vivas. reduan.

Sesion plenaria extraordinaria
 

“Es el reflejo del caos del Gobierno y de sus decisiones atropelladas”

Aróstegui “destapa” que al dejar la GIUCE sin presupuesto habría dificultades para abonar las nóminas a los antiguos trabajadores e para realizar la adjudicación de la obra de la Marina. El presidente del Ejecutivo ceutí recrimina al representante de Coalición Caballas que siempre saca a la palestra cuestiones que al final nunca demuestra
 

CEUTA
El Pueblo

ceuta
@elpueblodeceuta.com

La sesión plenaria de celebrada ayer fue lo más parecido al camarote de los hermanos Marx. Con un Juan Vivas que se vio en un brete y metido en lo que él denominó como “un lío” cuando Juan Luis Aróstegui sacó los colores al Gobierno, que llevaba a Pleno extraordinario una propuesta de la consejera de Fomento, sustituta del consejero de Hacienda, Economía y recursos Humanos, relativa a la aprobación definitiva de la modificación de crédito del Presupuesto General de la Ciudad correspondiente a este año.

Fundamentaba su discurso Susana Román en “la consecuencia de los acuerdos de esta Asamblea en la reconsideración del proceso en curso del sector público empresarial”. Román hizo historia del acuerdo de 21 de enero de suspensión de los acuerdos plenarios de 3 de diciembre de 2013 sobre el sector público empresarial, lo que hacía obligado el expediente de modificación de crédito con carácter extraordinario para dotar de presupuesto a las sociedades después de la denominada “marcha atrás”.

Susana Román se refirió a dos enmiendas que traía a Pleno: disolución de la Gerencia de Infraestructuras y Urbanismo (GIUCE) y como hay trabajadores que han vuelto en bloque al Ayuntamiento y otros a Acemsa y Servicios Turísticos, dotar presupuestariamente a los mismos, mediante transferencias. En cuanto a las alegaciones sobre el Instituto Ceutí de Deportes (ICD), era por error en las cifras, sin repercusión formal en el Presupuesto.

Pero en ese momento intervino Juan Luis Aróstegui, diputado de Caballas para indicar que, a lo que habría de ser “un acto de mero trámite como consecuencia de una decisión de Pleno, de manera poco comprensiva, el Gobierno añade cosas nuevas y distintas a las que dan origen al acuerdo plenario, como es la disolución de la GIUCE que presenta dudas, que no está disuelta ni lo va a estar hoy, se inicia el camino de la disolución pero sigue existiendo sin contenido presupuestario”.

Al quedar “huérfana de consignación -como señaló Aróstegui-, el diputado de Caballas entendía que “es reflejo del caos del Gobierno, decisiones atropelladas, que se superponen unas a otras, ya que ésta es una decisión independiente, no vinculada al acuerdo de reestructuración de las empresas municipales”. Y destapó la caja de los truenos: el pago de las nóminas sin consignación presupuestaria para los empleados públicos que prestaban allí sus servicios, en la GIUCE y la adjudicación de la obra de la Marina, sin consignación, podrían acarrear serios problemas, con la disolución de la sociedad. “La GIUCE sigue sin disolverse -dijo Aróstegui, y ustedes se están metiendo en un lío”.

Además Aróstegui se refirió a “esa maldita caja sin consignación presupuestaria que ya está otra vez repleta”. Y afirmó que “otra vez, las facturas se encuentran en los cajones”, cuando el Gobierno asumió el compromiso de “nunca más”, cuando se reconocieron errores y ahora vuelve a pasar lo mismo, esto es un mandato legal -dijo Aróstegui-, y son actos nulos de pleno derecho los que comprometen sin consignación presupuestaria y, encima, no piden responsabilidades a los causantes y siguen creando problemas en la gestión presupuestaria”.

Juan Vivas respondió a Aróstegui: “Dice cuestiones que no demuestra” para indicar que “en este proceso de reestructuración no se ve afectada pero sí indirectamente. La GIUCE se ha quedado sin personal y no por decisión de este Gobierno ¿Es racional mantener una estructura sin personal? -preguntó Vivas-. Lo razonable es que no exista dentro del organigrama y se quiere aprovechar la economía procesal porque todavía hay algunos derechos de cobro de nóminas. Es cierto que quisiera que no se organizara ningún inconveniente de cobro de nóminas. Habrá que preguntar al señor Interventor sobre esta cuestión”.

Después, al preguntar al Interventor sobre la legalidad o no del procedimiento que se traía a Pleno, Juan Vivas dijo: “Aquí estamos para cumplir la ley y riesgos no vamos a correr”. Añadió que “decir que es o no ortodoxo no me vale”. “Si tenemos que contratar la obra de la Marina y disolver después la GIUCE, lo hacemos. Esto sería resolver un incidente por el cauce legal. Como la GIUCE tramita una obra importante, ¿corre peligro la seguridad jurídica de esta obra sin adjudicar si se disuelve la GIUCE?”, preguntó Juan Vivas al Interventor.”¿Es ortodoxo?”, insistió.

En ese momento Susana Román se erigió en “elemento distorsionador” de este conflicto, “porque lo que estamos modificando es la capacidad de la adjudicación de la Marina que sigue viva, no hay limbo jurídico. Desde este momento empieza la liquidación inicial, la finalización del capítulo 6º que pasa a la Ciudad sigue viva”.

Juan Vivas intervino de nuevo para decir que “el objetivo político está determinado y no nos vamos a mover. Tenemos que seguir un cauce legal que no suscite dudas, no vayamos a tener una impugnación por una adjudicación de un organismo que está en fase de disolución; aquí hay dos problemas: las nóminas del personal que pasa al Ayuntamiento y la obra de la Marina que, acabado el proceso pasa el derecho y obligaciones al Ayuntamiento y en ese momento se produce la disolución. ¿Le parece ortodoxo? -preguntó al Interventor.- Pues ese es el camino para evitar polémicas innecesarias”.

Ante el “lío” formado, hubo un receso de media hora, tras el que se adoptó el siguiente acuerdo: “el crédito sigue figurando en la GIUCE hasta que adjudique las obras de la Marina y las contrate y transfiera todos sus bienes a la Ciudad y se simultanee este expediente de modificación de crédito para el patrimonio de la GIUCE con la Ciudad con el expediente de disolución de la GIUCE. Como resulta que ambos han de tener un período de información pública, pues que se ha ga coincidir ambos períodos de información pública para que el pronunciamiento definitivo del Pleno sea simultáneo, en torno a la disolución de la GIUCE y en torno a las transferencias de crédito.

En cuanto al capítulo 1 (de personal), en palabras de Juan Vivas, el acuerdo adoptado en Pleno sí recogió que “se debe dar cumplimiento a la transferencia de crédito que se contempla en el expediente porque, aunque de alguna manera los créditos del capítulo 1 están vinculados, lo están por áreas, es decir, por Consejerías; por tanto, ahí no hay flexibilidad como si estuviéramos hablando del capítulo 1º en su conjunto. “En cualquier caso –dijo Vivas., esto no perturba nada porque los créditos de la GIUCE seguirían contemplando el personal que todavía está en la GIUCE y seguirían contemplando lo que la GIUCE ha gastado hasta este momento en el capítulo 1 en 2014”.
 


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