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					La Ciudad Autónoma conmemoraró ayer el Día de Ceuta con un 
					acto institucional que se desarrolló en el Teatro Auditorio 
					del Revellín, y en el que se entregaron las Medallas de la 
					Autonomía 2014, que recayeron en la Comandancia General de 
					Ceuta (COMGECEU) y el Colegio de Abogados, y la Medalla de 
					la Ciudad en su categoría de Plata, con la que fue 
					galardonada la waterpolista Lorena Miranda. 
					 
					El acto, muy emotivo y al que asistieron el delegado del 
					Gobierno, diputado nacional, senadores, antiguos Comandantes 
					Generales de la Ciudad y otras autoridades civiles y 
					millitares de la ciudad, que abierto por el el presidente de 
					la Ciudad Autónoma, Juan Vivas, y contó con la participación 
					de la Asociación Coral de Ceuta Andrés del Río Abaurrea y el 
					ballet de Rosa Founaud. Una vez concluido el acto, sobre las 
					diez de la noche, la Banda de Música Ciudad de Ceuta llevó a 
					cabo un concierto en la Plaza Nelson Mandela con el que se 
					cerraban los actos del Día de Ceuta. 
					 
					Tras la apertura del acto por el presidente de la Ciudad de 
					Ceuta, la secretaria general de la Ciudad dio lectura del 
					acta del acuerdo plenario de la concesión de la Medalla de 
					la Ciudad de Ceuta, en su categoría de Plata, concedida a 
					Lorena Miranda, dando paso a un proyección de imágenes de la 
					misma y a la imposición de la condecoración. Tras una 
					interpretación musical, se leyó el acta del acuerdo plenario 
					de la concesión de las Medallas de la Autonomía, se 
					proyectaron unas imágenes del Ilustre Colegio de Abogados de 
					Ceuta. y se impusola condecoración, que recogió en nombre 
					del Colegio su decana, Isabel Valriberas Acevedo. 
					 
					Acto seguido se proyectaron imágenes de la Comandancia 
					General de Ceuta, recogiendo el galardón en nombre de la 
					institución, el comandante general, José Manuel Sanz Román. 
					En este caso, la corbata de distinción en la bandera se 
					realizará el próximo 8 de diciembre. Tras las palabras del 
					comandante general se dio paso a la actuación del ballet de 
					Rosa Founaud, que interpretó el secreto de las zapatillas 
					rojas. 
					 
					Al concluir la actuación, el presidente realizó el discurso 
					institucional en el que Apuso de de relieve las esencias, el 
					espíritu, el carácter de Ceuta y de los ceutíes, recurriendo 
					a una pieza que forma parte de nuestro acervo común, y que 
					en 2014 ha cumplido 80 años. Me estoy refiriendo a nuestro 
					himno. 
					 
					Dice el himno: “Cuantos a tus playas llegan encuentran aquí 
					su hogar”. Y es verdad, Ceuta es, por la condición de su 
					gente, acogedora y hospitalaria, aquí nadie es extraño, aquí 
					no se le ponen puertas al corazón, se es de Ceuta porque se 
					quiere, con eso basta. Se puede ser de Ceuta y de cualquier 
					otro lugar al mismo tiempo, no es incompatible. 
					 
					“El grito de viva Ceuta suena en mi alma cual eco fuerte de 
					un viva España”. Y es verdad, los caballas, los de 
					nacimiento y los de corazón, que tanto monta, queremos mucho 
					a esta tierra, a la que, por diversas razones y según cada 
					caso, asociamos con lo íntimo, con lo cercano, con lo 
					entrañable. Es pertinente subrayarlo: España nos llega al 
					alma, nos duele y la queremos unida, plural y solidaria, 
					como establece la Constitución, fuerte, y respetada. 
					 
					Noble y Leal desde aquella histórica decisión de 1640, y 
					doliente, dijo de la ciudad. Doliente por la incomprensión 
					de determinados momentos, por no haber sido siempre tratada 
					de manera justa cuando el prioritario imperativo nacional ha 
					derivado en perjuicios para nuestra ciudad. El ejemplo más 
					palmario, la década de 1980 y primera parte de la de 1990: 
					un periodo decisivo para España en el que, razones de 
					interés nacional, provocaron la demolición de los tres 
					principales pilares que sostenían el edificio de la 
					estructura económica de nuestra ciudad: el comercio del 
					bazar, el consumo del numeroso contingente militar y el 
					avituallamiento a buques. 
					 
					Hubo, dijo, que esperar a que, con la llegada del segundo 
					lustro de los 90, y coincidiendo, en el tiempo, con la 
					promulgación del Estatuto de Autonomía, se produjera un 
					punto de inflexión en el trato a Ceuta, un cambio radical 
					respaldado por la financiación procedente de Europa y los 
					Presupuestos Generales del Estado, a través de los que se 
					activó la inversión pública hasta alcanzar cotas nunca antes 
					conocidas  
					 
					En cuanto a los avances en infraestructuras, en 
					equipamientos, en servicios, en prestaciones sociales, hasta 
					en presencia institucional, están a la vista, son 
					innegables. Sin embargo, su evidencia no puede ocultar ni el 
					camino que aún queda por recorrer ni, sobre todo, la cruda 
					realidad de una sociedad marcada y herida por el drama 
					crónico de miles de ceutíes en paro, entre ellos, muchos 
					jóvenes. 
					 
					El Gobierno no puede prometer la solución de este gravísimo 
					problema, sería falso si lo hiciera, pero lo que sí debe es 
					comprometerse e implicarse hasta el límite de sus 
					capacidades. La estrategia está definida y es conocida: 
					apoyar a las pequeñas y medianas empresas y a los autónomos; 
					mejorar las condiciones de acceso a Ceuta, tanto por vía 
					marítima como a través de la frontera del Tarajal; explorar 
					todas las posibilidades de crecimiento sectorial; defender y 
					divulgar los incentivos y ayudas del régimen especial; y 
					mejorar los medios para que nuestros parados se encuentren 
					en mejores condiciones de optar a un puesto de trabajo: más 
					formación, más motivación para el emprendimiento y la 
					movilidad, más eficacia en la orientación, y más 
					convencimiento, por parte de todos, de que en el empleo 
					subsidiado no está la solución. 
					 
					Mientras tanto, prestar una especial atención a las 
					políticas en favor de la inclusión y para luchar contra la 
					pobreza; prestar una especial atención a los más necesitados 
					y vulnerables. 
					 
					Ceuta no es solo la frontera sur de Europa en África, no es 
					solo un punto de contención y control de la inmigración 
					irregular, no es solo un lugar donde se prestan importantes 
					servicios a España, Ceuta tiene problemas, pero no es un 
					problema. Ceuta es mucho lo que ofrece a la casa común, de 
					España y Europa, sobre todo desde la perspectiva de lo 
					intangible, de los valores.  
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