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					La Audiencia Nacional juzgará a partir de este miércoles a 
					la célula desarticulada en Ceuta en junio de 2013, la 
					primera en España, dedicada al reclutamiento de yihadistas 
					para enviarles a luchar a Siria en las filas del Estado 
					Islámico (EI) y que contaba con once integrantes, para los 
					que la Fiscalía pide penas de 10 y 12 años de cárcel. Los 
					acusados Karin Abdeselam Mohamed, Marquitos, e Ismael 
					Abdellatid Al Lal, Stifo, para los que la Fiscalía pide la 
					principal pena de 12 años de cárcel, eran los presuntos 
					dirigentes de esta red, que mandó a luchar a Siria a catorce 
					personas de las que al menos ocho murieron. 
					 
					El fiscal Vicente González Mota, según su escrito de 
					conclusiones provisionales, expondrá en el juicio, que se 
					celebrará ante la sección segunda de la Sala de lo Penal en 
					San Fernando, cómo esta red tenía como objetivo final 
					“alcanzar el Califato Mundial”, para lo que estaba en 
					“estrecha conexión” con una célula de Marruecos. 
					 
					Los acusados realizaban sus actividades de captación en 
					Ceuta, coordinaban a los enviados a Siria en su viaje a ese 
					país y en su incorporación a la yihad, y también servían de 
					enlace con las familias de los yihadistas, a las que 
					comunicaban su muerte, en algunos casos en acciones 
					suicidas. 
					 
					La operación contra estas personas, que serán juzgadas por 
					el delito de integración en organización terrorista, se 
					inició en abril de 2012, cuando el marroquí Abdelaziz El 
					Mahdali viajó a Siria y creó la “katiba” (batallón de 
					combatientes) llamada “Tarik Ibn Ziad”, a la que se 
					incorporaron los captados por la red española. 
					 
					De los catorce hombres que viajaron a Siria entre abril de 
					2012 y junio de 2013 gracias a la red, que les facilitaba el 
					transporte hasta Turquía y los contactos en este país para 
					desde allí llegar a Siria, solo uno regresó, el acusado 
					Abdeluahid Sadik Mohamed. 
					 
					Este hombre, según el fiscal, participó en acciones en Irak 
					y Siria, entre ellas liberar prisioneros de la cárcel de Abu 
					Ghraib en Bagdad, y fue detenido en Málaga en enero de 2014 
					a su regreso del país árabe. 
					 
					Uno de los presuntos cabecillas de la red, Marquitos se 
					encargaba de gestionar el viaje de los yihadistas, 
					buscándoles en internet los billetes a Turquía, y 
					participaba también “en la financiación de esta estructura y 
					del dinero utilizado por los yihadistas en Siria”. 
					 
					Acciones en territorio español 
					 
					El otro supuesto líder de la célula, Ismael Abdellatif Al 
					Lal, tenía una “función esencial en la red respecto a las 
					personas que se desplazaban a Siria” e incluso viajó en 
					varias ocasiones a Turquía para acompañar a los muyahidines. 
					 
					Otro de los acusados, Abdelah Abdeslam Ahmed, alias Chepej o 
					El Cojo, se constituyó, según el fiscal, “en el referente 
					ideológico de los radicales que viajaron a Siria” y para 
					realizar labores de captación “contactaba telefónicamente 
					con los otros miembros de la organización y participó en 
					numerosas reuniones con quienes finalmente se desplazarían a 
					Siria”. 
					 
					De hecho, envió a las filas del EI a los fallecidos Mohamed 
					Abdeselam Mohamed, Hamza Mohamed Abdeselam, Yunes Ahmed 
					Mohamed y Zuhair Ahmed Ahmed. 
					 
					Otro de los miembros de esta red, Yassin Ahmed Laarbi, Pistu, 
					tenía no solo disposición a participar en acciones de la 
					Yihad en Siria, “sino incluso en territorio español” y, 
					según una conversación que le fue intervenida cuando hablaba 
					con su esposa, que le preguntó acerca de cuándo irían a 
					Siria a hacer la yihad, este respondió: “nosotros tenemos la 
					yihad aquí en Ceuta, entonces no hace falta que vayamos 
					allí”. 
					 
					Tres acusados más -Abdesamij Laiachi Abdeselam, Rochdi 
					Abdeselam Abdel Lah, “Tuita”, y Nordin Ahmed Abdel Lah, 
					alias Veneno-, intentaron incorporarse a las actividades 
					terroristas de ISIL en Siria. 
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