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sociedad - MARTES, 30 DE JUNIO DE 2009


soldados de regulares. cedida.

98 aniversario
 

REGULARES: 98 años al
servicio de España

Un año más, cercano ya al I Centenario, los Regulares se preparan para celebrar el aniversario de su fundación, un acto en el cual se pretende conmemorar la creación, el 30 de junio de 1.911, de la Unidad más condecorada del Ejército Español
 

CEUTA
Carlos González Rosado

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Hace algo más de cien años, España tras la Conferencia Internacional de Algeciras de 1.906, se vio obligada a ejercer su influencia en una pequeña franja de la zona norte de Marruecos, lo que a partir de 1.912 sería conocido como Protectorado Español.

Esta zona donde a España le correspondió velar por la tranquilidad y prestar asistencia al gobierno marroquí para la introducción de reformas administrativas, económicas, financieras, judiciales y militares, era una región de la que los españoles desconocían casi todo; no se sabía con exactitud la extensión, carente de una red de comunicaciones que facilitara la penetración en el territorio y su posterior control, ni el número de habitantes que había que proteger, en una población fundamentalmente rural, ni siquiera las riquezas de la región, añadiéndosele a todo ello la oposición, desde los primeros momentos, de jefes locales que no aceptaban la autoridad del Sultán y mucho menos la de un país extraño llamado España.

Ante este panorama daba comienzo la acción de España en Marruecos, misión que se encomendó al Ejército, como único organismo capaz de llevar a buen término los nuevos cometidos españoles. Pero lo que se preveía como una buena ocasión de recuperar el prestigio perdido tras la derrota en la guerra de Cuba, pronto supuso un nuevo descalabro, encontrándose desde los primeros momentos con la oposición de la opinión pública, que no veía con buenos ojos el gasto de dinero que suponía la intervención militar en un país remoto y mucho menos el empleo de soldados en una guerra que nada tenía que ver con los intereses nacionales.

A raíz de las primeras intervenciones militares y a medida que la zona de influencia fue alcanzando mayor extensión, el gobierno sintió la necesidad de crear una serie de Unidades compuestas por personal indígena afectos a España con la finalidad de que cooperasen con las Unidades peninsulares, persiguiendo con ello un doble objetivo; por un lado poder reducir progresivamente las fuerzas metropolitanas, evitando de este modo situaciones como las vividas en la conocida “Semana Trágica de Barcelona”, julio de 1.909, y por otro la de ejercer una acción política más eficaz por el conocimiento de su lengua y de sus costumbres, siendo la mejor forma de hacer llegar a sus compatriotas las ventajas que la sumisión al Mazhen (gobierno) les proporcionaba.

Por estos motivos, por R.O. de 30 de junio de 1.911, se decidió la organización de unas fuerzas denominadas “Fuerzas Regulares Indígenas de Melilla”, nombre este último de la ciudad en la que se llevaría acabo su creación, con cohesión y disciplina y capaces de cooperar en las operaciones tácticas con las tropas del Ejército.

Esta Unidad fue concebida desde el primer momento para misiones de vanguardia, capaz de acoplarse a cualquier tipo de terreno, buscando el aprovechamiento al máximo de las aptitudes guerreras del soldado español, que las instruiría y asistiría, y del indígena, y una organización, armamento y vestuario en consonancia con los cometidos castrenses a desarrollar y con el tipo de guerra que se preveía, sin olvidar las costumbres, tradiciones y aficiones del personal marroquí, respetando al máximo sus creencias religiosas y su mentalidad.

En ellas se integraron perfectamente españoles y magrebíes, y aunque sus comienzos fueron duros, siempre demostraron estar dispuestas para las acciones de máximo peligro y sacrificio, buscando los puestos de mayor riesgo y fatiga, convirtiéndose en poco tiempo y a base de la sangre, del sudor y del esfuerzo de sus hombres en la Unidad más condecorada del Ejército Español.

Las Fuerzas Regulares marcaron y marcan una época de la Historia Militar de España, donde sin lugar a dudas desempeñaron un papel protagonista, no hay más que observar el buen puñado de corbatas que cuelgan de la moharra de su Bandera, la más condecorada del Ejército Español, y el recuerdo de las cerca de noventa mil bajas sufridas a lo largo de su Historia.

Hoy, cuando se preparan para celebrar sus noventa y ocho años de servicio a España, los Regulares trabajan día a día para poder cumplir con su deber y sus obligaciones, las que el Estado Español les da, y por eso con su entrega, dedicación y esfuerzo, como hicieron los primeros Regulares, siguen buscando los puestos de mayor riesgo y fatiga, dando lo mejor de ellos mismos y desempeñando, como antaño, un papel protagonista dentro del Ejército Español.
 


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