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sociedad - MARTES, 30 DE JUNIO DE 2009


honores a gonzález tablas. cedida.

98 aniversario
 

Historia de una estatua de Ceuta

Unos hablan de sus cosas, otros ligotean, y
para la mayoría, como es natural, pasa desapercibido el lugar que utilizan como banco, la estatua del insigne Santiago González-Tablas
 

CEUTA
Carlos González Rosado

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Ceuta 19 de junio de 2009. Un puñado de chavales se concentra en la calle Edrissis, junto a uno de los laterales de la iglesia de Nuestra Señora de África. Probablemente a esta hora, las 21:00, sea uno de los lugares de Ceuta más concurridos por la juventud. Allí los jóvenes, con la algarabía propia de la adolescencia, inundan el ambiente de charla y risas. Unos hablan de sus cosas, otros ligotean, y para la mayoría, como es natural, pasa desapercibido el lugar que utilizan como banco, la estatua del insigne Santiago González-Tablas. Hoy para mucha gente, no sólo para esos chavales, este nombre quizás no signifique nada, como nada significan la mayoría de los hechos y acciones que tuvieron lugar en España hace algo más de cincuenta años, por eso a veces conviene recordar alguno de estos hechos o algunos de estos personajes que tanto hicieron precisamente para que hoy esos chavales puedan sentarse a los pies de esta estatua, porque González-Tablas no fue un hombre cualquiera, fue el Jefe de los Regulares de Ceuta; el mismo que llegara a Marruecos en 1909, al principio de las Campañas, y que el 24 de junio de 1913 ascendiera a comandante por méritos de guerra; el mismo que ganara la Cruz Laureada de San Fernando en los combates de la zona de Jandak-Zinat, el 13 de mayo de 1.919, cuando viendo que parte de su tabor retrocedía por el nutrido fuego del enemigo se lanzara pistola en mano contra él, trocando el desorden en entusiasmo y haciéndole huir en desbandada; el mismo que en 1921 partiera al frente de su Grupo para socorrer a la ciudad hermana de Melilla cuando lo del “Desastre de Annual”, aunque sean otros los que se lleven el mérito, y que por combatir mano a mano con su gente fuera él mismo una de las 481 bajas que sufriera el Grupo de los 651 que lo componían; el mismo que no sólo ganara junto a ellos el sobrenombre de “Mis fieles Regulares”, concedido por el rey Alfonso XIII o la Medalla Militar Colectiva, sino también el derecho a tener Bandera; el mismo que el 12 de mayo de 1922 resultara mortalmente herido durante la toma de Tazarut, refugio del Cheriff El Raisuni y a cuyo cuerpo inerte impusiera el propio Alto Comisario, general Berenguer, la Medalla Militar Individual.

Este era el teniente coronel Don Santiago González-Tablas, Caballero Laureado de San Fernando, un hombre que comprometido y entregado a la acción de España en Marruecos fue capaz de soportar las innumerables dificultades y penalidades de la vida en campaña, pero sobre todo un hombre querido; querido por sus hombres que en justa y recíproca medida ponían sus vidas en sus manos, sabedores que en todo momento las iba a exponer al mínimo permitido, y al que seguían ciegamente, como si no hubiera en la tierra más jefe que él; querido por las familias de sus hombres, que agradecían como nadie que les construyera a principio de la década de los veinte un poblado junto al cuartel que hoy en Ceuta lleva su nombre, donde quedaban amparados cuando los soldados marchaban a la guerra o cuando no volvían de ella; querido y admirado por los militares, pero también por el pueblo, ese pueblo que veía como González-Tablas hacía grande el nombre de Ceuta y el nombre de España.

González-Tablas, fue sin duda un Jefe de prestigio, de ahí que a raíz de su muerte, y al igual que habían hecho los legionarios en el lugar donde fue mortalmente herido, se decidiese levantar una estatua en recuerdo a su memoria, que fue sufragada por una suscripción popular abierta en Madrid y que se cubrió rápidamente. La escultura se encargó, pero una vez realizada nadie se hizo cargo de ella, quedando olvidada en el estudio de su escultor hasta que años más tarde una comisión encabezada por su amigo Millán Astray se hizo cargo de la ella y consiguió que quedara emplazada en la Ciudad de Ceuta, donde González-Tablas se encuentra enterrado y donde gozaba de una admiración especial, siendo descubierta el 8 de agosto de 1.935, día de Homenaje al Ejército, en un acto al que acudieron las dos hijas del Ilustre militar, así como el General Millán Astray, el Delegado Gubernativo Don Ramón Arechaga, el Alto Comisario Sr. Rico Avello, el Alcalde Sr. Victori, el Jefe del Grupo de Ceuta nº 3 Tcol. Don Juan Caballero López, y todas las autoridades civiles y militares de la Plaza.

“Que la historia del nunca bien llorado González Tablas,

sirva de ejemplo para cuantos vestimos el honroso

uniforme de soldado, y copiemos sus altas virtudes cívicas

y militares”. Gral. Berenguer.

 


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