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					Antes de conceder unas horas al jurado popular para que 
					emitiese su veredicto, el presidente de la Sala cedió la 
					última palabra a Marvin Juárez antes de finalizar el juicio.
					 
					 
					El acusado declaró que “sólo Dios sabía” lo “arrepentido” 
					que estaba y el “dolor” que le causaba haber cometido el 
					homicidio por el que acabó con la vida de su pareja y madre 
					de su hija, Ikram Chaib. “Pido perdón a su familia, a la mía 
					y a la ciudadanía ceutí”, añadió. Con la cabeza alta y 
					fijando su mirada sobre los presentes, Marvin añadió que 
					“cambiaría su vida por la de ella, no por los años de 
					prisión que me tocan sino por el dolor que he causado y que 
					me he causado a mí mismo”, alegó el imputado. 
					 
					Frente a estas palabras, los padres de la fallecida, Latifa 
					y Malik, aseguraron sentirse “indiferentes”, sin creer que 
					ante este tipo de actos que atentan contra la vida de las 
					personas “quepa el arrepentimiento de los seres humanos”. 
					Marvin Juárez cumplirá los trece años de cárcel que 
					decretará el juez conforme al acuerdo alcanzado entre las 
					acusaciones y la defensa, de los cuales dos ya ha cumplido 
					el procesado durante el periodo de prisión preventiva hasta 
					el juicio. Además, durante 10 años no podrá regresar a la 
					ciudad autónoma ni comunicarse con los familiares de Ikram.  
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