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ACTUALIDAD - MIÉRCOLES, 14 DE NOVIEMBRE DE 2012


imagen del pleno. fidel raso.

PLENO EXTRAORDINARIO DE LA ASAMBLEA
 

Gobierno y oposición se acusan de “demagogia” y “clientelismo” con los Planes de Empleo

La Ciudad defiende el “carácter social” de estos programas frente a las acusaciones de Caballas y el Grupo Socialista, que no logra que Bel le informe de su contenido

CEUTA
Tamara Crespo

ceuta
@elpueblodeceuta.com

La comparecencia ayer de la consejera de Presidencia, Gobernación y Empleo, Yolanda Bel, para explicar los planes de empleo de este año, devino en un cruce de acusaciones de “clientelismo político” y demagogia” por parte de la oposición y el Gobierno, respectivamente. Aunque el portavoz del Grupo Socialista, José Antonio Carracao, trató de conocer el contenido de los planes de la Delegación, no lo logró porque el ministerio tiene aún que aprobarlos, argumentó Bel. Por su parte, Caballas acusó a la Ciudad de no usar criterios de “justicia social” a la hora de adjudicar estos contratos, algo que el Ejecutivo negó.

Los Planes de Empleo fueron ayer motivo de un fuerte cruce de acusaciones, sobre todo, por parte de la oposición hacia el Gobierno de la Ciudad. Caballas acusó al Ejecutivo de “clientelismo”, a lo que Yolanda Bel respondió atribuyéndole “demagogia”. Por su parte, el Grupo Socialista centró sus consideraciones en el retraso que ha supuesto la intención de que los programas fueran gestionados en su totalidad por la Ciudad. Aunque el portavoz socialista, José Antonio Carracao, intentó que la consejera responsable, Yolanda Bel, le dijera el nombre de los programas no lo logró: “Se va a escapar y no me los va a decir”, se le oyó reprochar al líder del PSOE. Y en efecto, así fue.

Con este asunto se iniciaba una de las dos sesiones extraordinarias de la Asamblea celebradas ayer. Aunque en el orden del día figuraban en último lugar, finalmente se decidió comenzar por las comparecencias de la consejera de Presidencia, Gobernación y Empleo, Yolanda Bel para dar cuenta del desarrollo de los Planes de Empleo, y de la responsable de Fomento e Industria para hacer lo propio en relación al destino final del albergue de Hadú.

En ambos casos, el debate fue agrio, pero en la discusión sobre los Planes, que duró casi hora y media, el tono subió desde el primer momento, cuando Mohamed Alí, de Caballas, replicó a la consejera que el Gobierno debería tener “una mínima ética parlamentaria” y haber dado explicaciones antes del inicio de los planes de empleo. El primer reproche vino precisamente por el retraso en la puesta en marcha de este programa. Para Caballas no son justo además lo criterios que se emplean en la adjudicación de estos planes “primando la antigüedad por encima de que haya más miembros de una familia en paro”. En opinión de Alí, el primero en hablar de “clientelismo político” los planes deberían renovarse y que la “justicia social fuera el criterio fundamental no usarlos como un arma política” y que “la mujer de un capitán del ejército esté por encima de un padre de familia con tres hijos”, puso como ejemplo.

“Demagogia”

En respuesta, Bel acusó al portavoz de Caballas de demagogia y de no haber hablado del tema a debate. “Piensa el ladrón que todos son de su condición”, dijo en relación a la acusación de utilizar los planes para obtener rédito político. La consejera aseguró, en relación a los criterios que la Ciudad ha propuesto “mejoras” que se han incluido por parte de la Comisión Ejecutiva del SEPE, como la de dar prioridad a los jóvenes, más porcentaje a familias del IMIS o incorporar a familias monoparentales. “Hemos logrado dar a los planes un gran carácter social”, concluyó.

Por su parte, el líder socialista, José Antonio Carracao, inisistió en la idea de que los planes se han convertido en un “instrumento político que el gobierno ha decidido utilizar”, lo que a su modo de ver se demuestra con el argumento de la “gestión directa” defendido por la Ciudad. “Yo dije que eso no era posible, que por el camino se destruiría empleo, como ha ocurrido con la UPD (Unidad de Promoción y Desarrollo), y que iba a retrasar los planes, como ha sucedido”.

Sin respuesta a Carracao

Carracao señaló asimismo que en relación con los planes de empleo anteriores se han perdido dos millones de euros y casi 400 contratos. El socialista inquirió a la consejera sobre el significado del término gestión “adecuada” para referirse a la participación de la Ciudad en el Plan de Empleo de Delegación y sobre si eso va a suponer algún coste para las arcas locales. Además, pidió que se le nombraran los 17 programas previstos y los sueldos de cada uno de ellos. La primera pregunta no fue respondida por Bel en su réplica, mientras que en relación a la segunda se limitó a repetir la pregunta y añadirle que “bendito dinero” cuando se trata de “crear empleo aunque sea sui géneris como este”. Y tal como sospechó Carracao al final, no hubo manera, si no era de forma “interna” de que la consejera dijera en sede parlamentaria los nombres de los programas para que la oposición comprobara como solicitaba Carracao si han cambiado o no, pues según los argumentos de Bel, “todavía el Ministerio tiene que aprobarlo”.

La oposición pidió un segundo turno de intervenciones que no sirvió sino para alargar el debate y repetir los mismos argumentos por una y otra parte.
 


De la “ética parlamentaria”, a la “ursulina arrepentida”, los votos del PP, Sampietro y Hitler

El tono del debate en la Asamblea tuvo ayer poco que ver por momentos con la cortesía parlamentaria, principalmente en forma de reproches, cuando no insultos, dirigidos por los dos portavoces de Caballas, Mohamed Alí y Juan Luis Aróstegui (que llegó a gritar) a la bancada popular. En sus primeras palabras, Alí atribuyó ya al Gobierno falta de un “mínimo de ética parlamentaria” por no haber comparecido antes la consejera para hablar de los planes de empleo. En su turno ya en el asunto del albergue de Hadú, Aróstegui dio a la Ciudad el “Premio Nobel de la incompetencia” y, a gritos, la acusó de tener a los MENA “hacinados”, de ofrecer un espectáculo esperpéntico” y de ejercer una “dictadura férrea sobre los medios de comunicación”. Román le respondió que “los decibelios no le dan más razón” y en su réplica, Aróstegui dijo que su tono, de “ursulina arrepentida”, tampoco le gustaba. Cuando la consejera sacó el argumento de los votos que tiene el PP, Aróstegui recordó que también a “un tal Samprieto” y a Hitler se les votó.
 


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