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ACTUALIDAD - LUNES, 24 DE MARZO DE 2014


Adolfo Suárez y serafín becerra. cedida.

Muere Adolfo Suárez
 

Suárez, el primer presidente de Gobierno que vino a Ceuta

La visita de Adolfo Suárez se produjo el cinco de diciembre de mil novecientos ochenta y durante la misma inauguró la central eléctrica de Endesa y la Casa del Mar en unos momentos en los que se hablaba de “ruido de sables”

CEUTA
El Pueblo

ceuta
@elpueblodeceuta.com

La visita de Adolfo Suárez a Ceuta, la primera de un presidente de Gobierno, se produjo el cinco de diciembre de mil novecientos ochenta. Se trataba de un acontecimiento que resultaría histórico y que marcaba un punto de inflexión con el devenir de los tiempos, hasta que otro presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, también lo hizo. José María Aznar, aunque vino en varias ocasiones, siempre lo hizo como presidente del Partido Popular para actos políticos de campaña electoral. De hecho, aquélla visita de Adolfo Suárez, siempre fue motivo de alusión cada vez que se reclamaba la presencia de los presidentes del Gobierno en Ceuta, e incluso, de S.M. el Rey.

Recordamos aquélla histórica visita como una fría mañana y con fuerte viento cuando aterrizó el helicóptero que traía a Adolfo Suárez y su séquito en un “Puma” del Ejército del Aire que le trasladaba desde Madrid. Le acompañaba el ministro de Industria, Ignacio Bayón. Y fue recibido a pie de pista por las primeras autoridades civiles y militares: el delegado del Gobierno y comandante general, Gerardo Mariñas Romero (tío del periodista, ya fallecido, Luis Mariñas); el alcalde, Ricardo Muñoz Rodríguez y el capitán general de la II Región Militar, Pedro Merry Gordon. Uno de sus primeros actos fue la visita al acuartelamiento ‘Duque de Alba’ II de la Legión, donde depositó una corona de flores ante el monumento a los caídos en compañía de Merry Gordon, el teniente general que dos meses después estuvo a punto de sumarse al intento de golpe de Estado del 23-F, si antes no es neutralizado por quien era Gobernador Militar de Sevilla, general Esquivias Franco. 

En aquéllos momentos los conciliábulos políticos llevaban muchos meses en España escuchando “ruido de sables”, de posibles intentos de golpe de Estado, malestar general entre los militares y además con un presidente Adolfo Suárez que no tenía en el Ejército, precisamente, a uno de sus principales valedores, pese a contar con Gutiérrez Mellado en su Gobierno como uno de los grandes bastiones, ya que quien fuera Comandante General de Ceuta, contaba con gran predicamento en el ámbito castrense. Adolfo Suárez se reunió solo en uno de los salones del acuartelamiento de la Legión con jefes y oficiales de la Guarnición donde se habló de todo y de todos. Hubo momentos de gran tensión, pero a su término se percibía que de allí salió un Suárez triunfante, porque en las distancias cortas era un verdadero maestro. De ahí el apelativo que se le conocía de “encantador de serpientes”, dada su extraordinaria habilidad para convencer y casi hipnotizar a sus contertulios que quedaban ensimismados por sus argumentos.

Por nuestras calles fue saludado con entusiasmo, destacando siempre su carisma y atractivo personal, alzaba la mano y la agitaba al viento, a todo el mundo saludaba y a todos sonreía. Se mostraba cercano y receptivo. Su presencia supuso un acontecimiento sin precedentes y representó una auténtica convulsión para los medios de comunicación que se desplegaron en nuestra ciudad.

La presencia de Adolfo Suárez se recuerda con dos inauguraciones: la central de Endesa en la zona del puerto, que en esos momentos era una verdadera revolución en Ceuta y también la actual Casa del Mar. Allí, un periodista del extinto diario “Sol de España”, Juan de Dios Mellado, enviado especial a cubrir la información, resultó herido al caer una cristalera y hasta el herido se acercó Suárez a interesarse por el estado del mismo. Se celebró un desfile militar en la Avenida Cañonero Dato presidida por el Capitán General de la II Región Militar, Pedro Merry Gordon. Hasta nuestra ciudad llegaron reputados periodistas que seguían los viajes oficiales del presidente del Gobierno: Miguel Angel Aguilar, Abel Hernández o Pilar Cernuda, entre otros.

También tuvo reuniones políticas con el alcalde Ricardo Muñoz y con los parlamentarios de entonces, el diputado Francisco Olivencia, y los senadores Serafín Becerra y Antonio Domínguez. La Unión de Centro Democrático le ofreció una cena en el restaurante del Parador Hotel ‘La Muralla’ y a su término, se fotografió con Serafín Becerra, gran amigo suyo, leal compañero. Adolfo Suárez se caracterizaba por su frugacidad en la comida, su impenitente consumo de tabaco y también de café. Sobre la media noche se retiró a descansar y dicen quienes estaban a su lado, que se le veía agotado por la jornada intensa que había vivido en nuestra ciudad.

Antes, a los postres de la cena, Adolfo Suárez, había tomado la palabra, y tras referirse a que no consideraba su viaje solamente como una ocasión histórica, declarando que había cumplido con su obligación de presidente del Gobierno y del partido al visitar una ciudad españolísima como es Ceuta, se comprometió a resolver los problemas de la ciudad con la colaboración de todos los ceutíes, indicando que había que iniciar su recuperación económica y los procesos para conseguir una población autosuficiente. No ocultó los momentos difíciles por los que atraviesa nuestro país, pero “mi misión es vender ilusiones, -dijo-, así que tened la completa seguridad de que ni ETA obtendrá una victoria política, pues será completamente desterrada de España, ni existe un programa alternativo al nuestro en el plano económico, ni los problemas autonómicos romperán la convivencia pacífica de los españoles”. Adolfo Suárez dirigiéndose a sus correligionarios dijo: “Tengo la absoluta seguridad de que ganaremos también las próximas elecciones, ya que creo que todavía es válido ese eslogan, a pesar de que nos están pidiendo cuentas todos los días de gestiones que necesitan un tiempo mayor de solución».

Seguidamente, fue un tanto exagerado y no poco optimista, cuando recordó los 103 años que le quedaban a Unión de Centro Democrático en el poder, indicando que lo sentía por la oposición, pues iba a tener que esperar mucho tiempo. Esta fue la razón que dio Adolfo Suárez para que otras fuerzas políticas buscaran el Gobierno de coalición, al que definió como «una debilidad por nuestra parte», poniendo en duda que culminara con éxito. Puso colofón al acto realizando un brindis por el pueblo español, calificándolo de maravilloso, deseándole que tuviera unos dirigentes políticos mejores de los que actualmente poseía en ese momento, en un ejercicio de modestia. Dos meses después de su visita a Ceuta tendría lugar la intentona de golpe de Estado, el 23 de febrero, lo que justificaba, en cierta forma, su presencia en nuestra ciudad para pulsar el ambiente militar en aquéllos momentos, y dicen que “apaciguar los ánimos revueltos”; aunque aparentemente venía a dos inauguraciones, el verdadero transfondo era el “ruido de sables” que tanto le inquietaban y que en los cenáculos políticos era motivo permanente de conversación. Adolfo Suárez llegó a Ceuta en plena crisis militar como después se encargarían de confirmar los acontecimientos que se dieron con el devenir del tiempo.
 


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