En los pasillos de la Audiencia, desde por la mañana, muchas
de las partes implicadas en el procedimiento por la muerte
de Francisco José Fores Pecino, comentaban la dura prueba
que para las once personas que componen el jurado popular
-seis hombres y cinco mujeres- supone el juicio.
En efecto, la mayor parte de la mañana de ayer fue utilizada
para constituir el jurado, para el que en un principio
estaban citadas más de veinte personas. Uno a uno fueron
pasando al interior de la sala hasta que se descartó a la
mayoría para quedar finalmente los once que seguirán el
juicio hasta el final.
Algunos de ellos acudieron a la sede de la Sección VI de la
Audiencia Provincial con maletas y mochilas en las que
guardaban sus ropas y efectos personales. Hay que poner de
relieve que durante los días que dure el juicio tienen
prohibido cualquier contacto con el exterior: no pueden ver
televisión, ni oír la radio, ni conectarse a internet. Por
supuesto, no pueden hablar del juicio con nadie fuera de la
sala de vistas.
Se encuentran alojados en un lugar secreto, al que son
traídos y llevados bajo escolta de la Policía Nacional.
Desde el ámbito judicial se les mostró respeto y comprensión
por la situación nada agradable que están viviendo y que
ayer no hizo más que empezar. Se trata, pues, de un acto de
compromiso ciudadano que hay que valorar.
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