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					El agente de la Policía Científica que acudió ayer a 
					declarar apenas tardó unos minutos en corroborar el 
					contenido del informe sobre la sangre hallada en el lugar de 
					los hechos. En el documento se explica como los restos 
					hallados en la cama, donde apenas aparecían dos manchas de 
					sangre, y en el cuchillo correspondían a la víctima, 
					Francisco José Forés Pecino. No obstante, en el escenario 
					del crimen se llegaron a documentar dos tipos de ADN 
					sanguíneo más. Por un lado se encontró el del acusado, cuya 
					sangre estaba en una toalla azul. Mientras, una toalla y un 
					trozo de papel higiénico contenían sangre de origen 
					desconocido. Una vez que se puso en conocimiento del jurado 
					popular estos datos, las partes tampoco dieron más 
					importancia a esta prueba. Más tarde declararon las 
					responsables de analizar las uñas de la víctima bajo las que 
					no se encontraron ninguna fibra que induciera a pensar que 
					hubo un forcejeo previo entre víctima y acusado. Las 
					biológas sólo encontraron fibras textiles que se podrían 
					haber quedado tras desvertirse.  
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